Medina: el burrito que lucha por su vida tras quemarse en los incendios de Coyaima

Es apenas un “pollino”, como llaman las familias campesinas a los asnos jóvenes. Con pronóstico reservado, está siendo atendido en la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad Cooperativa, en Ibagué, gracias a la gestión de la Gobernación del Tolima.

Así como lo hicieron ancestralmente los de su especie, Padilla servía a sus dueños con mucha mansedumbre. A cambio recibía buen trato, comida a voluntad y el cariño de doña Sandra Leal, su dueña en la vereda Totarco de Coyaima, al sur del Tolima.

Una noche de septiembre vino lo peor, y la la según el relato de su propietaria: “Nos acostamos sin novedades y al otro día nos dimos cuenta que el potrero donde pastaba Padilla se había quemado. Muy temprano lo vi; al principio no le noté nada; pero luego, con el pasar de los días nos dimos cuenta como se había quemado mi Padilla”.

En ese  punto de la conversación se le quebró la voz a doña Sandra, quien no pudo  contener la tristeza que la embarga por las heridas de su fiel compañero de faenas.  “Al principio no sabíamos qué hacer, acudimos al veterinario de Coyaima y nos dio unos medicamentos para deshincharlo. Solo le pedía a Dios que nos ayudara porque entendía su dolor y el animalito no puede hablar”, contó doña Sandra.

A través de una publicación en redes sociales de varios ciudadanos y, especialmente, de la senadora Andrea Padilla, reconocida en Colombia por sus campañas de bienestar y cuidado  animal, el Gobierno del Tolima

se enteró del caso de Padilla, el burrito.

Inmediatamente, la gobernadora Adriana Magali Matiz tomó cartas en el asunto y designó a su secretario del Interior, Jesús Alberto Saavedra, quien se desplazó hasta la vereda en compañía de un médico veterinario para hacer las primeras valoraciones.

Al final de la jornada, con el consentimiento de su dueña, fue trasladado a la facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Ibagué, con el apoyo de otras instituciones como Carabineros de la Policía Nacional Allí está recibiendo todos los cuidados y atenciones de profesionales especializados. Aunque su pronóstico es reservado, los especialistas están poniendo en práctica todos sus conocimientos para que Padilla se recupere de las heridas y vuelva a su hogar en Coyaima.

Padilla tiene aproximadamente dos años de edad; es apenas un “pollino” como le dicen las familias campesinas a los burros jóvenes.  Los  de su especie son, especialmente, resistentes a las enfermedades y adversidades. Son los padres ancestrales de los mulares a quienes los colombianos les debemos la colonización de estas tierras de agreste topografía.

”Dios, y todos los que tengan misericordia, que lo ayuden. Espero que regrese pronto para brindarle el cariño que siempre le hemos tenido”, finaliza diciendo doña

Sandra con el dolor inmenso que le produce la situación de su animalito.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

©2019 El Confesionario

Please publish modules in offcanvas position.